Balance de inicio de año
Mientras nos encontramos en una difícil tesitura coyuntural, geopolítica y de recursos naturales que castigan el desarrollo de nuestras empresas y del crecimiento económico de cada país, la inflación se desmarca por encima del 7% y amenaza con rebasar los dos dígitos. Sin duda son malas noticias para todos los mercados, incluso para el inmobiliario español que durante el año 2021 marcaba récord cada mes en los sectores del logístico, oficinas y vivienda.
La vivienda marca un nuevo record del precio en Cataluña, creciendo hasta los 4.104€/m2, el más alto de España. Con un crecimiento del nuevo parque de viviendas sostenido tanto en esta región como en el resto de España y que desde el sector financiero se ve con buenos ojos, al augurar que no existe burbuja inmobiliaria. Junto con Barcelona las principales ciudades escogidas por los principales promotores son Madrid, Málaga y Valencia.
En el sector industrial, son las grandes capitales las que tiran del tren en el desarrollo de nuevos proyectos en plataformas logísticas, siempre lideradas por fondos de inversión. Después de Madrid, Barcelona y Valencia, el ingenio de fondos e inversores hace buscar nuevas localizaciones en las principales vías de comunicación de nuestro país, sobre todo las que van de norte a sur y de oeste a este, garantizando la logística y distribución en todo el país y cubriendo las necesidades básicas y las e-commerce. Los precios se han fijado en una media de 5.5€/m2, sabiendo, ahora sí, que la renovación de contratos esta siendo traumática debido a la subida de las rentas en la aplicación del IPC.
Por su parte, en el caso de las oficinas, los principales hub son los de Madrid y Barcelona que se posicionan en el mercado casi sin oferta y con grandes nuevos proyectos en construcción que afiancen aún más el sector de las startups y tecnológicas. Antes de la pandemia y no solo, en Barcelona se contabilizaban más de 1.369 del sector tecnológico proporcionando 1.580 nuevos empleos. Las principales apuestas por nuestras ciudades son Meta, Amazon, Roche, LIDL, Pepsico o la reciente llegada de The Knot Worldwide con la contratación de mas de 500 empleados que controlarán 14 mercados y a sus más de 850 empleados distribuidos en 23 nacionalidades.
A todo ello tenemos que sumarle los principales obstáculos que hemos pasado: 2 meses terribles a nivel de precios del mercado energético. Durante diciembre hubo pánico a que Europa se pudiera quedar sin gas para pasar el invierno. De ese pánico han ido llegando las facturas tan altas de los contratos indexados correspondientes a diciembre. Facturas completamente fuera de lugar con un mercado eléctrico en torno a los 240€/MWh. Consumidores domésticos y empresas veíamos incrédulos una subidas de precios inusuales en la que unos rascaban sus bolsillos y otros veían disminuir sus márgenes comerciales por asumir esos nuevos sobre costes.
En enero apuntaba mejor, por cómo empezó el año, pero las tensiones con Ucrania y Rusia han hecho que también haya sido un mes muy duro, con el mercado eléctrico en torno a los 200€/MWh. Además, una parte de las ayudas estatales para paliar los efectos de la crisis finalizaron el 31/12, por lo que ahora notaremos la subida correspondiente. Las facturas de enero fueron similares a las de diciembre, la bajada del mercado se compensará con la subida por la finalización de las ayudas.
La crisis de Ucrania-Rusia parece que ha desescalado un poco y el mercado ha vuelto a descender. Ya no sufrimos por quedarnos sin gas en Europa. Ahora bien, hemos pasado de una situación que parecía de corta duración, pasar el invierno, a una situación de precios altos ya a medio-largo plazo. La previsión para los próximos 12 meses es de un mercado a 190€/MWh. Y para 2023 a 130€/MWh. Para comparar, 2021 ha terminado en una media de 110€/MWh.
Esta situación se está notando en el consumo del país. Ha habido un gran numero de grandes empresas que a partir del 1 de enero han parado su producción porque con los costes actuales no les salía rentable producir. Esto ha hecho bajar el consumo del país, pero lo pagaremos en los próximos meses cuando empiecen a faltar los productos que estas industrias producen.
La previsión, pues, para los próximos meses es seguir igual que en los últimos 6. Esperamos que empiece a llover/nevar y hacer viento, será la única manera de que bajen los precios, junto con que baje la tensión en Ucrania-Rusia.
Esta claro que nunca llueve a gusto de todos y lo que parecía un camino claro para nuestro sector inmobiliario y productivo se va a ver mermado en los próximos meses si la situación geopolítica no cambia y gobiernos no actúan con planes eficaces que controlen los precios al alza y la perdida de poder adquisitivo laboral para que el pico de la rueda proporcione una economía continua y estable después de una pandemia de más de 2 años.